LA PLAYA


Arena entre los dedos. Sal en el cuerpo. Escozor. En los ojos y en la piel. Un viento que no cesa, que trae las olas hacia adentro. Hasta los pies.

Algas que acarician. Conchas que se clavan.

De niño, grandes fortalezas de arena que se rompen con el tiempo.

De adulto, paseos por la orilla mirando al fondo, adentro, muy adentro. Al otro lado. Hasta el final.